Será a mediados del siglo XX cuando Córdoba recupere parte del esplendor e importancia perdidos en el pasado. El crecimiento de la población y la economía, así como la creación de la Universidad, enriquecen artística y culturalmente la ciudad. Se proyectan nuevos edificios y la Córdoba cosmopolita se siente preparada para convivir con su patrimonio histórico, siendo la proclamación de parte de la ciudad como Patrimonio de la Humanidad, uno de los mayores orgullos de todos los ciudadanos, concienciados en la conservación y difusión de su historia.